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Una lágrima en el teléfono

Luego de la partición en dos países, al menos 30 mil personas atravesaron la frontera que divide Corea del Norte de Corea del Sur. En el año 2023 se triplicó el número de entradas en relación a los dos años anteriores. Una historia de ficción que podría ser cierta, sobre una noticia que parece ficción.

Haneul escucha el teléfono rojo sonar, una y otra vez. Pero, a diferencia de esas otras veces, en esta oportunidad -y después de mucho tiempo-, tiene permiso para atender. Las manos se le paralizan por un momento, los nervios lo traicionan, la ansiedad parece ganar. Por fin responde.

Del otro lado, una voz un tanto temerosa, y nerviosa como la de él, lo saluda. Pronto se presenta, “mi nombre es Hwam”, dice. El teléfono de Hwam es verde, Haneul no puede verlo, pero lo sabe desde siempre. Están más cerca de lo que parece, de hecho son vecinos, pero la telefónica es la única vía de comunicación con la que cuentan por ahora. El teléfono de Haneul es de un rojo intenso, Hwam también lo sabe. Incluso lo ha visto en fotografías.

La historia de este momento tan especial los precede. Los abuelos de Haneul y de Hwam conocían esa sensación: eran quienes atendían las llamadas en aquel entonces, cuando las líneas estaban recién instaladas. A veces la comunicación se interrumpía, pero los hombres forjaron una amistad a la distancia que los unió durante muchos años. Cuando la comunicación telefónica no fue posible, los lazos se mantenían por algunas cartas o mensajes que lograban pasar a través de la frontera. Siempre encontraban la manera de decir “aquí estoy”. En algunos de esos momentos el teléfono sonaba, pero estaba prohibido atender.

Eran esos relatos familiares los que tenían a Hwam y Haneul hoy tan ansiosos. Se conocerían las voces y tal vez en esas voces lograrían recuperar parte de sus recuerdos. Ese sentimiento los unía, aunque de eso no tenían conciencia. El trabajo de sus abuelos pasaba de generación en generación, por lo que estaban seguros de que la voz del otro lado no sería del todo extraña. Era una sensación que con suerte vivirían también sus hijos, y los hijos de sus hijos. Muchas de esas familias se habían formado después de un cruce de fronteras.

Sin embargo, no fue posible hablar de todo eso. La llamada duró poco tiempo y fue muy protocolar. Al menos duró lo suficiente como para que desde los dos lados se sintieran felices y un tanto aliviados.

Al colgar, Haneul lloró de tristeza y emoción. Imaginó cuántas veces la falta de comunicación había truncado amistades, amores o sueños, cuántos problemas se hubieran evitado con tan solo contestar. Del otro lado la melancolía invadía a Hwam, con los mismos sentimientos.

Al día siguiente, casi de manera automática, los dos atenderían el teléfono y mantendrían la conversación habitual. Repetirían una y otra vez la misma rutina, a la misma hora y en el mismo lugar.

Pero, aunque en los días sucesivos lo harían sin fotógrafos y sin la emoción de la novedad, sintieron, desde ese instante, que habían encontrado el mejor trabajo del mundo.

Corea del Norte y Corea del Sur restablecieron la línea telefónica directa entre ambos países, que había sido cortada en 2020. En la primera comunicación los representantes de los gobiernos hablaron durante exactamente tres minutos.

El teléfono fue instalado en 1971, tras dos décadas de interrupción total de las relaciones entre las partes. Las instalaciones constaban de un teléfono y un fax, las únicas formas de comunicarse en ese momento. Esas comunicaciones fueron suspendidas en varias oportunidades, la última en junio de 2020, después de funcionar de corrido desde 2018.

El líder norcoreano Kim Jong-un volvió a cortarlas cuando los vínculos se deterioraron después de una cumbre fallida entre los dos países.

Con esta nueva comunicación, en 2021, y después de más de un año sin noticias- los pueblos de Corea del Norte y Corea del Sur esperan que el camino de la reconciliación y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas se mantenga en el tiempo.

Y que el teléfono encuentre del otro lado una voz, lo que significará mucho más que eso.

Imagen de portada: Freepik

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