Marycruz Lárez*
Córdoba, 20 de agosto de 2024
Bendición mamá, aquí es invierno, está nevando en las altas cumbres y llueve, hace frío y no quiero salir. Hoy me dispuse a escribirte desde mi ventana, viendo las hermosas montañas de Córdoba y pensando en lo mucho que extraño el calor de mi pueblo.
He querido escribirte desde ese mismo veintiocho. Sé que has estado esperando mi carta impaciente y serena a la vez. Porque así eres tú, tienes ese don maravilloso de lograr la calma en tu corazón y calmar el de otros.
En los momentos más desesperantes de la vida, quisiera ser como tú, mamá, quiero tener más de tu sabiduría y poder no sentirme como me he sentido desde ese día.
Si no te escribí antes mamá es porque no encontraba momentos de tranquilidad, de sosiego, solo me invadía una profunda tristeza y un dolor incontrolable, sobre todo porque se vinieron abajo nuestros planes, para mí era increíble.
Ya yo me veía abrazándote, en tu casa, comiendo tus ricas comidas y también consintiéndote mucho, viviendo lo que por años y con sudor a diario lucho.
Este país me ha dado mucho, mamá, cada día quisiera tenerte conmigo aquí, mostrarte lo lindo que es y lo maravillosa que es su gente, pero tú amas tu tierra mamá y ya tengo muy claro que nunca la dejarás, así como ella, mi Venezuela, nunca me ha dejado a mí.
Pero esto no se acaba aquí mamá, nuestra Venezuela renacerá, renacerá y será grande, más que antes, más que siempre, más que nunca. Porque, ¿sabes, mamá?, la grandeza de Venezuela está en su gente, en sus corazones, en su coraje y en su valentía.
Pero nada dura para siempre mamá y cuando todo termine y seamos libres te voy a volver a abrazar, nos vamos a dar todo el amor que tenemos guardado y por tantos años hemos reprimido.
En ti veo a Venezuela, para mí eres mi país, paciente y serena. Esperando que tus hijos vuelvan, en ti veo a mi tierra, hermosa, elegante y buena. Como una de las siete estrellas, brillante, clara y bella.
Espérame, mamá, tu hija que se fue no está ausente, tus nietos quieren conocerte.
Espérame, mamá, todo va a pasar.
Espérame, mamá, tienes que ser fuerte.
Te amo con el alma, querida mamá, yo solo quiero tenerte.
Tu hija que te ama, Marycruz.
* Para leer las cartas de amor por Venezuela pueden visitar el blog: @somosficu en Tumblr
Ilustración: Quintín Rodríguez