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El pan de la guerra, Afganistán y las crisis prolongadas

La ONU advirtió que 1,4 millón de afganos fueron deportados desde Irán en lo que va del año. La película The Breadwinner (2017), inspirada en un libro de 2002, cuenta la historia de Parvana, una niña refugiada que podría ser muchas otras.

Por Agustina Bordigoni

“Los horrores infligidos a las mujeres afganas por los talibanes dieron en el clavo. Muchos activistas, sin duda sinceros, súbitamente se declararon preocupados por la suerte de esas mujeres, aunque actualmente poca gente muestra igual preocupación. ¿Por qué? Porque todo el mundo sabe muy bien, hoy como ayer, que no somos capaces de resolver todos los problemas del mundo y, especialmente, que problemas como la opresión de las mujeres no se resuelven de la noche a la mañana. Pero la fuerza de la propaganda de guerra es tal que hasta los antibelicistas se sintieron obligados a manifestar su acuerdo con los objetivos que se habían proclamado para justificar esa guerra, en lugar de limitarse a denunciar la hipocresía de toda esa maniobra”.

El fragmento pertenece al libro “Imperialismo humanitario. El uso de los Derechos Humanos para vender la guerra” (2005), de Jean Bricmont, que reflexiona sobre la ocupación que inició EE.UU. en Afganistán luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Desde la toma del poder por parte de los talibanes en 1996 los derechos de las mujeres se vieron particularmente afectados: no podían salir solas de sus hogares, las niñas mayores de 12 años no tenían permitido asistir a la escuela y todas debían llevar un burka.

En cierta forma, y a pesar de que llevaba ya un tiempo sin mayores escándalos, la garantía de los derechos de las mujeres se volvió un justificativo de la invasión. Y, aunque también es verdad que durante los años que duró la ocupación algunas de esas cosas cambiaron, a pocos parece importarles que todo diera marcha atrás una vez terminada.

La película El pan de la guerra, inspirada en el libro de la escritora Deborah Ellis (2002), cuenta la historia de Parvana, una niña de once años que vive en Kabul y que debe vestirse de varón para poder salir sola de su casa y conseguir recursos para ella y su familia.

La autora se basó en entrevistas que hizo a mujeres y niñas refugiadas en Pakistán, uno de los dos países que mayor cantidad de afganos albergan, después de Irán.

La situación de los refugiados afganos

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) clasifica las crisis humanitarias en diferentes niveles (emergencias 1, 2 y 3) y, por otro lado, lo que considera crisis prolongadas. “El término ‘crisis prolongada’ subraya la complejidad y la magnitud de la situación”, explica en su web el organismo.

Una de esas crisis es la de Afganistán: esta semana la ONU alertó sobre la deportación de afganos desde Irán: 1,4 millón de personas desde enero de este año.

De las más de 123 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo la mayoría (73,5 millones) se desplazó dentro de las fronteras nacionales, mientras que 42,7 millones huyeron hacia otros países. De estas últimas, el 67% está en naciones vecinas.

Más de un tercio de las personas refugiadas se encuentran en cinco países: Irán (3,8 millones), Turquía (3,1 millones), Colombia (2,8 millones), Alemania (2,7 millones) y Uganda (1,7 millón).

Pero este año Irán endureció su política migratoria e inició un proceso de deportación de afganos, una de las mayores poblaciones refugiadas en el país, con una historia migratoria de más de cuatro décadas. Algunas familias, incluso, se formaron enteramente en esa nación.

El libro «El pan de la guerra» (2002) se inspiró en la historia real de niñas y mujeres refugiadas en Pakistán y Rusia.

Esa historia, prolongada, como la crisis así definida por la ONU, se ve reflejada en la actualidad que tiene, en 2025, una obra escrita en 2002.

Parvana (que podría ser una niña cualquiera) no puede ejercer sus derechos como tampoco podía hacerlo antes de 2001. Tenía que salir día tras día, vestida de niño, a conseguir el pan.

Nadie estaba allí para cambiar esa situación. Sin embargo, la bandera de la defensa de sus derechos alimentó la guerra.

Aldeaglobal 19 octubre, 2025

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